18 de mayo de 2022

Reseña: «Juego de pistas»

 

                                                                                            Imagen propia

Los debuts literarios son complicados por la exigencia y la competencia que los rodea. El de esta autora se asemeja al de un futbolista de un filial que debuta con el primer equipo en el minuto 85 con 0-1 perdiendo y antes del final marca dos goles para su equipo (2-1). Actuación impactante; así ha sido la de Luz con Juego de pistas.

Destacaría, primeramente, la fuerza narrativa de toda la obra. Desde el primer momento se nos plantean situaciones complejas. La carga brutal de suspense, el tempo en las acciones y el primer giro brusco sumergen al lector en una espiral de la que es difícil salir. La brusquedad y la espontaneidad de los sucesos —de distinta intensidad— ayudarán a que sientas un "golpe" capítulo tras capítulo.

Juego de pistas está centrada en el ámbito policial de una forma increíble. Da la sensación incluso de sentirse partícipe de lo que está ocurriendo gracias al uso de la 1.ª persona al narrar, que crea cercanía con el lector. De la comisaría a la casa a seguir pensando en el caso y de ahí a la comisaría otra vez. Un círculo con todo tipo de acontecimientos sorprendentes que serán combatidos con mano dura. 

La obra es un guiño a la dependencia que hasta el más individualista tiene de los demás. Los pocos ratos en los que se sale de lo policíaco nos acercan al lado más humano, pasional y personal de la protagonista; este hecho no solo provee de realismo a la historia, sino que también enseña a que siempre hay alguien detrás que te levanta —y te quiere levantar— cuando caes. Un gesto altruista que no solemos valorar.

Por último, el libro puede leerse como una forma de crítica social en el ámbito del orden y la ley. Hace reflexionar sobre la maldad y la ambición desmesurada de las personas, alcanzando el punto de deshumanización en varias fases. Un conjunto de lacras detectables para cualquiera que sepa leer y una invitación a entrenar la empatía para evitarlas.

Con un ritmo narrativo frenético, una mujer coraje al mando que no pasa desapercibida y un río de incertidumbre permanente, Luz se estrena con una obra magnífica, incisiva y con la señal clarísima de que sabe mucho sobre lo que escribe. Se merece una oportunidad. 

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