La filosofía griega ha sentado las bases de mucho de lo que conocemos hoy día, tanto que hasta en algunos ámbitos se sigue aplicando el pensamiento de antaño. Si encima es Marcos Chicot quien escribe sobre los maestros del conocimiento de entonces, lo menos que se puede hacer es sentarse a leer la obra, porque el disfrute está ya asegurado.
Destacaría en primer lugar la ambientación. Es fácil percibir la Grecia del siglo IV a. de C. por las fieles descripciones de los lugares, construcciones, costumbres humanas y hechos históricos. Da la impresión de que no falta nada, lo cual ayuda a quien lee a situarse sin pérdida en aquella época. Sensación de realismo absoluto pese a las correspondientes y necesarias licencias.
El libro nos expone la vida y obra de Platón. Nos encontraremos con un personaje ambicioso que no lo tuvo nada fácil cuando de luchar por sus sueños se trataba, así como un torrente de sabiduría capaz de templar a las fieras. Por otro lado, se muestran esbozos de las ideas que describe en sus obras, acercándonos en conjunto a uno de los filósofos más influyentes de la cultura occidental. El componente didáctico está muy bien elaborado.
Las actitudes poco dignas en muchas de sus formas son predominantes a lo largo de la obra. Prepárate para una sesión de conjuras, venganzas y traiciones desde el primer minuto: morbo puro que hará difícil parar de leer. Hacer daño se convierte en un objetivo prioritario para algunos personajes.
La obra muestra un contraste muy pronunciado entre el poder y la humildad. El primer aspecto, desbocado, nos hace ver las consecuencias de optar por lo desmedido sin límite hasta el punto de no importante nada los demás; el segundo refleja el sufrimiento y la lucha diaria de la parte más perjudicada en el asunto: la ciudadanía, que saca su mejor cara ante la adversidad. Este elemento proporciona una riqueza inmensa a la obra en su sentido más humano.
Con una narrativa entendible para cualquiera, unos cuantos guiños a a la progresión personal, la igualdad, el derecho a ser feliz y el perdón y un torrente incontenible de incertidumbre detrás de cada acción, el autor nos deja una obra de primer nivel sobre uno de los personajes imperdibles de su época y de una Grecia insaciable de cultura y conflictos.
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