Música nocturna nos lleva a una dimensión sobrenatural y cargada de intriga y sorpresas. Imagen tomada de www.planetadelibros.com |
John Connolly nos tiene acostumbrados a divagar por lugares surrealistas y cargados de elementos sobrenaturales. Si no es en una historia, es en varias, como es el caso con este título.
Destacaría en primer lugar la calidad de las descripciones. El autor refleja con claridad qué rodea al protagonista o lugar que está describiendo, lo que contribuye a hacer el libro más visual y cercano. También está visible en la propia narración de los hechos. No te costará sumergirte en la atmósfera de misterio ni saber los porqués de cada situación. Aunque reste acción, ayuda a entrar en el relato.
Otro punto muy a favor es un recorrido que hace el autor por diferentes autores y personajes de la historia de la literatura. En uno de los relatos se nos invita a pasear por un pasado que en la obra es puro presente. Aquí, ese relato (no lo desvelaré para no estropear nada) ofrece una visión ficticia y didáctica de sí mismo. Una combinación nada despreciable que se traduce en un tributo a quienes nos hicieron fantasear en el pasado.
Uno de los relatos que más me ha gustado ha sido el de Atlas fracturado. Puede leerse asimismo como un homenaje al libro, a lo que es capaz de hacer en cuanto al poder que alberga. A lo largo de cinco capítulos, se teje una historia que no deja indiferente gracias a una aterradora personificación, predominante en este relato. De igual modo, Los niños de la doctora Lyall es llamativo por el sentido evocador de otro tiempo presente a lo largo de la narración. Un eco que sabe resonar.
Por lo demás, vais a encontrar un libro muy al estilo del autor: fantasía, su toque de terror y los citados fenómenos inexplicables al principio. Todo con un lenguaje claro (aunque a veces muy detallado) y que te va a aislar del mundo que conoces para entrar en otro peor, pero mola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede