La lista de los deseos

Cuando llega la Navidad, siempre hay alguien que busca hacerte sentir bien con algún regalo o con algo más que eso: su compañía. Para ello, nos ayudamos de la familia, la pareja y los amigos (si bien la segunda y los terceros son como parte de la primera) y tratamos de pasar las fiestas lo mejor posible. Pese a que podemos gozar del calor de nuestra gente y parece que no hay más de lo que tenemos, desde un pequeño rincón de esto que llamamos universo existe una gran empresa dispuesta a aportarte esa ración de felicidad que todos buscamos por esta época. Es Fnac.

Fnac no quiere que nadie se pierda en el laberíntico camino de encontrar un regalo para alguien especial. Para que esto se parezca lo menos posible al final de Ícaro en Creta, que nunca llegó a encontrar la salida del laberinto en el que quedó encerrado de esa isla, Fnac nos regala un "inspirador de regalos". A partir de la edad de tu persona agraciada, su personalidad y tu presupuesto, tendrás la oportunidad de navegar por un mar de obsequios sin necesidad de vela ni motor y llegar hasta buen puerto. ¿Por qué no probarlo? Encima, el viaje te sale gratis.

Nuestra generosidad también la vemos premiada. A Fnac se le ha ocurrido que dejemos nuestra lista de deseos en alguno de nuestros blogs, cosa que yo no voy a desaprovechar, porque encima te puede llegar a premiar por exponer cuáles son tus caprichos (y necesidades también). Aquí tenéis la mía:

- Gran libro de la mitología egipcia (36,58 €) > LINK

- Relatos del mar (32,30 €) > LINK

- Narrativa completa. Allan Poe (29,07 €) > LINK

- Las cuatro torres (18,53 €) > LINK

- La vida que pensamos (17,10 €) > LINK

- 1000 maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (17 €) > LINK

- Numerolandia (11,39 €) > LINK

Como véis, mi lista es exigua y mezcla la ficción con el ensayo principalmente. Mientras no llega el fallo para saber quiénes se llevan este concurso (aquí las bases), aprovecho para animaros a seguir cada cual con sus lecturas y agradecer a FNAC el esfuerzo para, una navidad más, intentar sacarnos una sonrisa, un gesto universal en este lugar al que llamamos "universo".