La suerte de los idiotas narra las peripecias peligrosas de un policía estresado al que le tocó jugar con fuego cuando no era su turno. Imagen de www.amazon.es |
Lucas Acevedo es un personaje novato que parece que lleva tiempo dando caña por las páginas de la literatura de suspense. Su incursión en esta obra no te va a dejar indiferente por el lío tremendo en el que se mete.
En primer lugar, destacaría el no salirse prácticamente nada de la acción. Desde los primeros momentos, el protagonista va a entrar en una cadena de sucesos sin pausa. El hecho de que no resulten precisamente nobles va a sumerger al lector es una espiral de dinamismo fácil de sentir y difícil de detener, porque la obra engancha. Si os gusta la gresca en el menú literario, aquí tenéis desde los entremeses (¡que aproveche!).
Me ha gustado también la verosimilitud de la trama. La obra puede leerse como una crírtica social a una realidad triste que llevamos años viviendo y por la que toca arriesgarse para frenarla. Del mismo modo, es una ventana a la que asomarse para explorar lo que somos capaces de hacer por alguien que nos importa más allá de lo profesional. Varias vertientes para una misma obra, lo que ahrá más provechosa su lectura.
El espacio reducido en el que se mueve la obra es otro punto a favor. El autor explota un pedazo de terreno relativamente pequeño para extraer los ingredientes de una novela de suspense. Esta sensación de enclaustramiento favorece la intriga, porque da la impresión que el peligro está a la vuelta de la esquina siempre. De hecho, da la sensación de estar siendo perseguido todo el tiempo.
Estratagemas de todo tipo, meticulosidad en el actuar y alguna que otra trampa en forma de mentira convergen en esta obra sencilla de leer y que os hará abrir la puerta la próxima vez que este particular policía vuelva a llamar a ella.
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