22 de mayo de 2018

Reseña: «Artemisa»

Artemisa, emplazada en la Luna, esconde una historia de muchos trapos sucios.
Foto tomada de www.casadellibro.com
Llegar a la Luna se ha convertido en una acción al alcance de todos los públicos, ya sepas más de astrofísica o menos. Con Artemisa será posible trasladarnos varios kilómetros desde la Tierra y poder disfrutar de una visita guiada por sus confines.

Me ha llamado la atención la increíble recreación de este satélite. Eliminando los necesarios elementos de ficción, sabríamos de qué está hecha la Luna, qué peligros puedes sufrir en ella y qué entorno la rodea. La obra, con ello, cobra cierta verosimilitud y es muy fácil imaginarse ese paisaje que a veces vemos blanco y otras veces amarillento.

En la obra hay dos asuntos que se exploran en profundidad: dinero y corrupción. El primero se convierte en un asunto prioritario para la supervivencia y el bienestar, como pasa hoy día, mientras que el segundo se convierte nada menos que en una forma de vida. De algún modo, veremos que ambos permanecen estrechamente ligados en el libro, lo cual va a condicionar de forma determinante el comportamiento de muchos de los personajes. Nos espera aquí un mundo muy peligroso donde se pone en juego la integridad en todos los sentidos.

La presencia de clases sociales contrastadas es otro punto a favor. Pese a que puede verse como un destino exótico y fuera del alcance de los bolsillos de mucha gente, la Luna se convierte en un lugar habitable para todos y funciona como en la Tierra: alberga turistas, posee su propia divisa, etc. Sin embargo, veremos muchas diferencias en el ámbito de la justicia, gastronomía, etc. Nos resultará complicado que en la Tierra haya lo que hay en nuestro satélite.

Con las habituales explicaciones científicas del autor, una protagonista de lo más peculiar y un toque adictivo y de humor, Artemisa puede atrapar al lector fácilmente desde las primeras páginas, conduciéndolo a través de la superficie lunar mientras disfruta de una lectura amena y con varios altibajos.

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