Reseña: «El asesinato de Sócrates»

El asesinato de Sócrates recrea la Grecia del siglo V a. C. Imagen tomada de www.casadellibro.com

Quienes nos hemos formado en humanidades tenemos cierto apego a todo lo que proceda del mundo clásico. Si a eso añadimos que disponemos de un libro que narra  de forma verosímil la vida en Grecia en el siglo V a. C., conocido también como «Siglo de Pericles», la cosa se pone interesante. Me ha encantado la lectura de El asesinato de Sócrates y paso a reseñarla.

En primer lugar, destacaría la magnífica recreación de Grecia. Podemos contemplar con todo lujo de detalles cómo era Atenas, con todos sus elementos en su sitio. Además, es posible hacer un recorrido por la vida de las figuras de la sociedad más emblemáticas de aquella época en política, arquitectura, literatura y, por supuesto, filosofía. Sócrates parte aquí como referente máximo (como habrás intuido) y será fácil conocerlo a través de los testimonios de sus discípulos. A destacar su enorme influencia y poder en la sabiduría. En conclusión, todo el entorno aquí citado está descrito con magnífica minuciosidad, lo que facilitará imaginarse lo que nos quieren transmitir.

No falta la intervención divina. Como sociedad politeísta que era la griega, las referencias a las deidades son abundantes. Su presencia en forma de mención, monumeto o intercesión llevará a condicionar el devenir de varios de los personajes, los cuales se verán obligados a afrontar circunstancias de diversa índole. No esperéis un listado del Olimpo, pero hay suficientes dioses para embellecer una obra incomprensible sin un toque ligero de mitología.

Otro de los puntos significativos es el contraste entre la sociedades de Atenas y de Esparta. Si ya Grecia está recreada de forma magnífica, no menos llamativo es observar cómo funcionan ambas ciudades. El machismo era una nota dominante en todo el estado y la libertad de las mujeres en una de esas sociedades difiere notablemente de la otra. No diré cuál es más restrictiva para ellas para no estropear el argumento, pero sí insisto en que no se pierda de vista este aspecto.

El sentido bélico de esta obra es llamativo. Las ansias de expansión y de poder se unen al férreo deseo de no perder lo que ya se posee por parte de los amenazados, lo cual provoca conflictos. Dos bandos permanecerán en constante tensión y mantendrán este en el lector hábilmente. Esto no queda aquí, porque fuera del campo de batalla tampoco descansaremos entre actitudes vengativas y judiciales que solo traerán más situaciones controvertidas a los personajes. Veremos que el poder de la gente no solo se manifiesta con un traje completo de hoplita.

Retazos de amor, liderazgo, carestía y tiranía, envueltos en una atmósfera constante de peligro e incertidumbre, guiarán al lector por un mundo ya perdido del que no ha de olvidarse. Yo me he divertido y disfrutado un montón paseando por todos esos lugares emblemáticos que aparecían en mis libros de texto de antaño y he recordado una época que, como el siglo de Pericles, fue de esplendor, conocimiento y mucho progreso en muchos aspectos personales. Os recomiendo haceros con un ejemplar, porque viajar a aquella irrepetible Grecia ya es solo posible a través de la buena literatura.