16 de abril de 2017

«Concurso de historias de libros» en Zenda

La web Zenda ha lanzado un concurso para conmemorar el Día Internacional del Libro. En resumen, se trata de escribir un texto que contenga la palabra «libro» de un mínimo de 100 caracteres y un máximo de 1000 palabras. Si te interesa participar, aquí tienes información. Mi aportación, que contiene 415 palabras, es esta:


Profesora, hazme recordar aquel libro que, a través de sus veinticuatro cantos, narraba las aventuras del héroe mitológico de Ítaca. Fue aquel que, habiendo cegado a un cíclope tras una ingeniosa artimaña, se atrevió a desafiar a Poseidón en su casa, en las aguas de un piélago que no ha conocido tripulación más valiente que la de aquel mortal desdichado. Fue aquel que no sucumbió al poder infinito de Circe y su capricho de transformar todo lo que quería a su voluntad. Fue aquel que permaneció cautivo por Calipso, ninfa de belleza sin parangón que habitaba Ogigia, y que logró escapar por designio divino. Fue aquel que conoció en primera persona a Escila y Caribdis, monstruos marinos que marcaron un punto de inflexión en su larga travesía marítima, que le hicieron conocer la soledad y la frustración como nunca antes. Fue aquel a quien Atenea, versada en cuestiones bélicas y acompañada siempre de su lechuza, protegió como a un hijo del Olimpo y veló por el resto de sus pasos por tierras que le eran ajenas, a las cuales un mar impetuoso lo había arrastrado, y de las cuales no mentaré palabra alguna para que así otros navegantes se animen a lanzarse a semejante viaje bajo los ojos y voluntad de Neptuno.

Haz asimismo que resuene en mi recuerdo, profesora, lo que contaba ese libro de aquella mujer paciente y fiel que, ante la ausencia de su esposo, soportó las calamidades más deshonrosas posibles por parte de aquellos conocidos intrusos que allanaron su morada inmaculada. Haz, de igual modo, que venga a mí aquella estratagema tejida desapresuradamente que vivía de día y se volvía hebra por la noche. Tráeme al presente esa referencia a esa igualdad por la que ella pujaba y que brillaba por su ausencia en una Grecia ya muy pretérita, esa que mostró cuando cobijó a aquel pedigüeño con piel de guerrero y le proveyó de los mismos derechos que gozaban aquellos desalmados de manera ilegítima.

Léeme otra vez Odisea, profesora, para que Ulises y Penélope sigan sin caer en el olvido cuando las generaciones sigan transcurriendo. Ninguno de los personajes de esa obra podrá considerarse decrépito mientras sus nombres permanezcan desde bien pronto en el conocimiento general de los más jóvenes. Y es que la asignatura de Cultura Clásica, que trata asuntos de una época olvidada, es el mejor vehículo del presente con los mejores espejos retrovisores, los cuales, desde aquí, te trasladan hasta donde tu deseo de aprender te lleve.

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